Valentía
- Wen

- 4 ene 2021
- 2 Min. de lectura
La vida conlleva un conglomerado de retos que te exigen responder de dos maneras: con valentía o con miedo. Ha pasado un año desde que estuve en la clínica, desde entonces la vida me exigió ser valiente y plantarme cara a cara a la depresión.
La depresión vino como un huracán que deseó tumbarme con fuerza; me dejo sumida en el piso y se proclamaba victoriosa ante mí. La depresión vino a decirme que merecía lo que me pasaba porque no era lo suficientemente buena para plantarle la cara; le creí por 4 años, incluso me rendí ante ella en diciembre de 2019, pero la Vida, Dios; como quieran llamar a su ser superior, me dio una nueva oportunidad.
Hoy estoy frente a mi computadora, emocionada por una nueva temporada, todavía no me la creo donde voy a empezar a trabajar y con una esperanza enorme a lo que viene este año. En menos de una semana la vida me ha demostrado que las mejores personas están por venir, que al tener esperanza conllevo una bendición sobre los hombros y que, más que las personas, las mejores circunstancias están por llegar.
Hoy estoy sana y puedo gritar a los cuatro vientos que he vencido a la Depresión, no sé si un día regresará la señora A y la señora D, pero hoy es una victoria y como victoria es digna de reconocer. Llevo 4 meses sin una sola crisis, ahora sé reconocer cuando empiezo a escuchar los murmullos y los pasos de ellas, pero ahora tengo una coraza que me permite tomar mi ballesta y salir a plantarle cara. La depresión ahora está bajo mis pies y aunque siempre cargaré con el peligro de su regreso, hoy tengo las herramientas para decirle ¡hasta aquí!
Me emociona lo que traerá el 2021, lo que traerá esta nueva década, ¡este año cumplo 30! Más que asustarme, me anima, ya no soy una niña, ahora soy una mujer, una dama que como dice un pedacito de una canción que me gusta "ahora hace lo que quiere y si no quieres, serás otro que se jode también". Hoy puedo decir a que sí y a que no, hoy elijo con quién sí y con quién no, hoy ya no soy la niña ingenua que creía y se sentía menos; hoy yo soy la que hago las reglas del juego porque me costó trabajar en mí y enfrentarme a un mundo que está diseñado para tirarme al suelo.
Hoy tengo una misión y con esa misión puedo decir con firmeza que la Depresión sí es una enfermedad, pero, también, como enfermedad podemos plantarle cara y luchar contra ella.
Pd. Bendito sea el día que el velo se cayó de mi cara.


Muchas gracias, Alejandro. Esperemos que la inocencia de la niñez se mantenga ardiendo en el corazón.
Saludos y gracias por tus palabras.
La depresión "es un fantasma que amenaza con envejecer el alma" y la vida cuando te derriba y ve que no te levantas es implacable, te golpea y te golpea hasta que decidas levantarte....tú tienes al igual que otras personas, "resiliencia" para resistir y levantarte de todas tus caídas y para poder sobreponerte a cualquier adversidad. Has crecido y te conoces mejor que antes, sabes que tienes tu confianza puesta en ti y eso lo admiro. Al crecer siempre conserva algo de tu alma de niña y recuerda que en este mundo también existen las personas buenas..Linda Wendy...