Mujer

Voy a caminar descalza porque quiero sentir el suelo en mis pies, quiero sentir la conexión que tengo entre mi cuerpo y la tierra; quiero sentir cada parte de mi ser porque es necesario conocer cada parte de mí.

Me veré al espejo y desearé cada parte de mí, me consentiré y amaré incluso la imperfección que por accidente poseo en mí. Me besaré mirándome a los ojos y desearé estar fuera de mí para aprecer la mujer que soy, en que me estoy convirtiendo.

Deseo ser un rayo de sensualidad para mí porque mucho tiempo anduve cabizbaja sitiendo que todas eran mejor que yo cuando no sabía que no hay nadie ni mejor, ni peor, solo somos diferentes "haré de mi belleza mi mejor pasión porque con ella me divierto". Seré, soy, la mujer que siempre desee ser porque aunque tengo ídolos a quien ver, ahora quiero ser mi mayor inspiración.

Correré, comeré sano, incluso comeré algún antojo, me compraré las cosas más bonitas, iré al mejor doctor, cuidaré cada parte de mí porque nadie va a venir a desearme y cuidarme tanto como lo puedo hacer yo.

Deseo tomar acción en mi propia intimidad y explorar cada parte de mí, partes que decían otros que era "pecado" como si lo que Dios hizo estuviera dañado; qué desfachatez decirle al Dios del universo que no podemos explorar lo que Él mismo nos dio. Exploraré cada parte de mí, aquella que en el adoctrinamiento me fue reprimido, pero ahora lo usaré a mi favor porque es necesario liberarse de las cadenas. Todo con sabiduría. El cuerpo es un templo, es cierto, y como templo no se deja entrar a cualquier cerdo para que no valore lo que hay en éste.

Seduciré mi mente con la mejor poesía, la mejor música, la mejor literatura, y dejaré que sea ella, mi alma, quien me muestre el camino a tomar. Sigo siendo fuego, quiero ser fuego.

Siempre quise ser cierto tipo de mujer y nunca me di cuenta que ya era lo que siempre había deseado ser. Todo es perfectible, por supuesto.

Ahora bajaré a comer algo, volveré a leer un escrito que un amante me ha enviado; un amante especial que me gusta como futuro amor, tal vez. Ayer, hablando de todo un poco, rechacé y me alejé de otro espíritu que me recordaba los patrones del pasado, pero en ese momento tuve que recordar que primero estoy yo y mi corazón, que regresar al mismo tipo de persona en otro cuerpo no valía la pena. Así que huí, por primera vez, dejé de pensar en los demás y pensé en mí: ayer decidí por mí y lo que quería, esa paz que rara vez se encuentra en otras personas.

Regreso, bajaré y regresaré a leer a Virginia Woolf, a hablar con aquellos que alegran mis noches y mis días; calma que no tengo ningún compromiso, y recordaré que el día que decida volver a amar será porque, definitivamente, me he amado a mí sobre cualquier cosa.

Solo escribí al azar. Ya saben, mi mente es un fuego que quema todo a su paso, sus cenizas son hermosas aunque entre ellas no tengan coherencia.

Wen