Momentos
- Wen

- 3 sept 2019
- 2 Min. de lectura
Si dejas que el miedo guíe tu vida, te perderás de hacer lo que amas. Hace unos días vi la película "Sing", me encantaría poderles explicar el shot de energía y motivación que esta infundió en mí, no entraré a detalles, pero el punto de la película era afrontar los miedos que nos impiden lograr lo que queremos y levantarse aun cuando todo ya está perdido. En un momento de esta movie, el personaje principal perdió todo, se sentía derrotado, llegó a su punto más bajo, pero en eso, uno de sus amigos cercanos le dice "lo mejor de llegar hasta tu punto más bajo, es que lo único que hay por hacer es subir", en ese momento, la historia da un giro y empieza el murraco (así le dice mi mami a los dibujitos animados) a empezar de nuevo. Creo que he llegado a esos puntos bajos, tal vez nunca he sido abierta sobre estos por miedo a no victimizarme o que la gente piense que solo estaba exagerando, pero ¿por qué ocultar mi punto bajo si lo único que me queda es subir? La cosa es que cuando veía esta película me sentía así, ya no quiero más, ya no hay más por hacer, aquí estoy tirada, atrasada, sin poder seguir... pero como una chispa de energía me di cuenta que si he llegado tan abajo en mi trastorno, entonces, lo único que quería es levantarme, así que decidí empezar a organizar mi cuarto, pagué el gimnasio, me tomé las medicinas juiciosamente, me hice de comer después de un largo tiempo y hablé conmigo misma sobre que tenía que dormir. Y me estoy levantando. Sé que cuando uno dice eso tiene miedo de volver a estar igual, pero bueno, lo importante es este ahora, es lo que me ha servido en estos días y es saber que solo tengo que seguir adelante porque más bajo no puedo caer, o sí, pero eso significaría que ya no estaría aquí y rompería la promesa que le hice a mi mami de no acabar conmigo para siempre; si hay algo que es muy resaltable en mí es que cuando prometo algo de verdad, lo cumplo. Así que no pienso fallarle a mi mami, ni a mi familia. Hoy estoy aquí, me siento inundada de más energía, y sé que solo queda el camino hacia arriba porque, definitivamente, sentirse tan abajo no está chido. Amo mi tiempo sin redes ni notificaciones, me ha servido, y las reviso cuando yo quiera, no cuando la pinche app me dice que debo estar ahí clavada; he trabajado hasta en mi tesis y aquí estoy, siguiendo escribiendo en este blog. No sé si alguien lo lee, pero al menos, a mí, me sirve para desahogarme. Con cariño, Wen


Comentarios