La mujer que se levanta (algunos pensamientos).

Deseo transformar mi espíritu porque es necesario, porque el alma grita "¡paz, paz, paz!". Deseo calmar mi espíritu cuando grita que quiere levantarse y ser esa mujer que siempre ha deseado ser. Sin embargo, mantengo a una Wendy presa que tiene miedo de luchar, que se asusta fácilmente y que, a pesar que está llena de ideas y sueños, no tiene idea de cómo empezar.

Este año fue difícil y precioso a la vez. Aprendí que el equilibrio es necesario. Que, a veces, el acto más valiente es levantarse de la cama y trabajar un día más.

Caminar requiere de decisión y toda decisión en el ahora, lleva a caminar hacia donde nunca pensamos que estaríamos.

Yo fui la niña de 10 toda la vida. Mantuve una imagen de perfección por tanto, tanto, tanto tiempo hasta que me convertí en alguien que ya no era; mi forma de expresarme ante el mundo se volvió insostenible. Decir siempre "sí" cuando quería decir "no", lastimó muchas veces mi ser, incluso ahora, mantener mis "no" me requiere de bastante voluntad porque sigo luchando con la idea de no complacer a todo el mundo.

He crecido y crecer también implica reconocer que tengo miles de defectos, pero, sobre todo, el orgullo, la arrogancia y el malgenio. Me debato constantemente entre convertirme en una "perra orgullosa" y mantener un corazón sano, porque cuando fui vulnerable sé que gente se aprovechó de mí, pero, cuando fui una persona fría y desalmada parece que las cosas me funcionaron, ¿por qué estamos acostumbrados a alabar a quienes son odiosos?

Cada día me debato entre estas dos posturas, quiero ser y a la vez me cuesta mantener ese ser. Quiero demostrar al mundo que uno puede levantarse cuando otros dicen "eso no se puede", pero, a la vez, mi corazón cree que ellos, todos, tienen la razón ¿quién soy yo para demostrar lo contrario?

No se trata que quiera una vida llena de lujos, creo que el único lujo que quisiera es poder comprar un ticket y recorrer el mundo, pero sí quiero ayudar, quiero mantener viva mi voz, pero muchas veces mi voz se calla porque no quiero lastimar a nadie. Tengo tantas tantas opiniones acerca de tantas cosas: iglesia, cristianismo, feminismo, relaciones tóxicas con narcisistas, educación, pedagogía, pero siempre que quiero expresarme sobre esto, algo me calla y tengo miedo.

¿En qué mundo vivo? ¿por qué esta urgente necesidad de mantenerme perfecta? Ya no soy la niña de 10, ya la escuela termino y aun si siguiera estudiando (quiero hacerlo), ya no es lo mismo porque ya no existen calificaciones. Me enseñé a sacar las mejores notas pero nunca nadie me enseñó cómo tener "buenas notas" en la vida real. Y asusta, el mundo asusta. Quiero ayudar a la gente pero no sé cómo hacerlo. Sé que tengo una voz, y aun así, no tengo ni idea de cómo mostrarle al mundo lo que hay en mí.

Bien dicen que a veces nuestro peor verdugo somos nosotras mismas. Este es un mundo que premia lo vano y entorpece el camino de quien busca la justicia.

¿Cómo poder ayudar? ¿Cómo vivir de las letras? ¿Cómo levantar la voz por aquellos que no tienen voz? ¿Cómo cambiar el mundo a través de la educación? ¿Cómo empezar una empresa que realmente ayude y no solo piense en producir? ¿Cómo encontrar el equilibrio entre la academia y lo empresarial? ¿Cómo encontrar el equilibrio entre la fe y la ciencia?

Me ahogan estas preguntas, pero más me ahoga sentir que estoy sola con estas ideas, que cuando las expreso solo encuentro "no se puede", me ahoga saber que hay fuego en mí que se apaga con tanta fuerza. Quisiera explotar pero el león sigue dormido y no sé cómo despertarlo.

Wen