Entre la libertad y el amor

Mi corazón está lleno de amor y pasión. Puedo ser un fuego que quema e enciende todo lo que se le atraviesa, pueda purificar o puede aniquilar, pero siempre siempre que algo lo atraviesa no vuelve a quedar igual.

He leído mil veces sobre Simone de Beauvoir, ella sintetiza todo lo que quisiera ser como mujer: hermosa, intelectual, sabia, inteligente e integra. Simone era de esas mujeres que no encajaba; los moldes y las tradiciones nunca fueron sus aliadas, pero, estoy segura, ella era también fuego que consumía todo a su paso.

Una de las cosa que más he amado de ella y me inspira cada día es la forma en que amó, no amó de la forma tradicional, amó desde la libertad, sin embargo, esta es la cosa no amó como la sociedad le decía que amara sino desde lo que ella podía reconocer como amor: sin ataduras.

Cuando leí la anterior frase, mi corazón gritaba ¡esa soy! Estos días he reflexionado tanto sobre el amor que me cuesta reconocer a veces qué es lo que quiero, por un lado AMO CON TODO MI SER MI INDEPENDENCIA Y SOLTERÍA, amo saber que nadie viene a tratar de dominarme, que hace mucho dejé una relación machista y tóxica que asumía que la mujer debía tener hijos con la pareja para que realmente "fueran una familia", hace tiempo dejé las ideas en que mi vida tendría que ponerse en pausa para estar con alguien, que uno de los dos debía abandonar sus sueños (casi siempre la mujer) para que las cosas funcionaran... y es que esta es la cosa: yo no puedo, ni podré, amar así.

Amar para mí proviene del fuego incesante que surge de mi corazón, es un fuego que me eleva y me hace reconocer que cuando soy libra puedo amar mejor; cualquier tipo de cadena me mata, incluso desde un beso que no sienta desde mi libertad. Puedo ser un huracán y un incendio, puedo ser calma y tempestad, pero no puedo ser nada de eso si me siento oprimida, sumisa o controlada. Entonces, cuando siento que viene algo a socavar mi libertad encuentro en la vida de Simone un hálito de esperanza, un río refrescante: se puede amar desde la libertad.

Decidí que voy a anhelar la libertad de mi pareja tanto como anhelo la mía, que si alguien estará a mi lado es porque sabe lo que soy y amará la locura desde dónde propongo amar. Los que saben la historia de Simone y Sartre se asustarán, no estoy diciendo que haría lo mismo que ellos DECIDIERON EN LIBERTAD hacer, pero, definitivamente, este es el tipo de amor que quiero tener:

"Aquel que quiera ser amado, debe querer la libertad del otro, porque de ella emerge el amor, SI LO SOMETO, se vuelve objeto y de un objeto no puedo recibir AMOR". (Adjudicada a Jean Paul Sartre; no pude ubicar de dónde se extrae esta cita, si alguien lo sabe me encantaría saberlo).

Es una locura la mía desde dónde veo las cosas pero no saben la libertad y el sentido de felicidad que me da el sentirme así: libre. Podemos cuestionar que nadie es realmente libre, pero, definitivamente, desde dónde lo veo sentir esta libertad me produce mucha paz y no pienso negociarla nunca más.

No sé cuál era el propósito de este post, pero, definitivamente, solo quería escribir sobre ello:

Soy un fuego que enciende pero también purifica. Soy fuego y calor que abrasa. Soy hermosa por la pasión que arde en mi interior pero también puedo ser terrorífica para quien no sepa comprender la inmensidad de mi ser, como dijo Nietzsche:

Sin duda soy yo un bosque y una noche de árboles oscuros: sin embargo, quien no tenga miedo de mi oscuridad encontrará también taludes de rosas debajo de mis cipreses.” — Friedrich Nietzsche, “Así habló Zaratustra”

No soy oscuridad, soy fuego, fuego que purifica o quema.

Wen

Pd. Nótese que mi elemento favorito es el fuego jeje