El amor
- Wen
- 16 feb 2021
- 2 Min. de lectura
El amor puede ser un arma de doble filo, puede elevarte hasta el cielo o puede arrastrarte hacia el abismo infernal. El amor lo he conocido hacia el segundo, me ha arrastrado hacia las fauces del infierno y he visto frente a frente a Satanás porque alguna vez amé pero ese amor estaba contaminado. Hoy no sé cuándo pueda volver a amar pero sé que lo mejor de haber conocido el amor desde su pose más terrorífica es que cuando llegue el amor que te eleva hasta el cielo podré reconocerlo mejor.
Hoy amar parece un relato lejano, un relato que solo encuentras en las novelas o en las películas, pero también sé que el amor lo he vuelto a conocer en el abrazo de mi madre, en el servicio de mis abuelitos, en las conversaciones con mi hermano, en el cariño de mis amantes; que no son amantes, en el jugueteo con mis perritas y perrito, en la sonrisa complice con mis amigas y el corazón, entonces, vuelve a encontrar esperanza. Una esperanza que un demonio vino alguna vez a robar pero que no pudo dañar mi esencia. Hoy sé que la esperanza no está puesta en mí, si no en Él, sé que hay algo que yo nunca podré correr y eso es el abrazo del Padre. Hoy el amor lo espero, lo sé, pero probablemente llegue cuando menos lo piense y en la persona que menos pensé que fuera probable.
Si tanto amé a la persona equivocada, cuánto más amaré a la persona correcta.
La vida es así, un día te arrastra hacia el infierno, pero es justa y al otro día te lleva hasta la gloria.
No te rindas.
El amor va más allá del bien y el mal. Amar es ser el guijarro que se entrega al caudal del río, dando su completa voluntad.