DEMENTOR
- Wen

- 11 feb 2019
- 3 Min. de lectura
Por años pensé que tener depresión era sinónimo de no "echarle demasiadas ganas", de ser una persona desagradecida, de no saber valorar lo que se tiene, de "estar lejos de Dios". Creí que si "buscaba más a Dios", si lo intentaba un poco más al día siguiente, estaría bien... pero pasó el tiempo y yo no estaba bien.
... y así han pasado más de tres años, tratando de entender las razones por las cuales no podía disfrutar lo que antes encontraba como placentero, me recriminé y me condené mil veces al preguntarme constantemente ¿por qué ya no disfruto leer?, ¿por qué ya no me llena ir a la iglesia?, ¿por qué ya no puedo estudiar?, ¿por qué estoy sufriendo si todo está bien?
Sentir depresión es como sentir que un monstruo viene a secuestrar todo aquello que encuentras como bueno, como alegre, todo lo que te brinda placer y felicidad, es un dementor que viene a vivir contigo; hay días en los que toma sus maletas y se va de vacaciones, pero cuando regresa te tumba mucho peor, te noquea hasta dejarte sin aliento.
Desde noviembre, después de no entender qué me pasaba e intentar de todo: orar (por años), ir al psicólogo, ir al gimnasio, hacer Tai-Chi, meditar, hablar, etcétera, y gracias a mi familia, unas cuantas amigas, las que menos pensaba, y un profesor, decidí buscar ayuda. Nunca pensé que lo que tenía, tenía una razón biológica y psicológica, ironías de la vida, mi tesis incluye las neurociencias, pero jamás pensé que eso, esas enfermedades mentales, las tendría yo... "eso es para la gente que tiene muchas tragedias en la vida". Yo "no tenía derecho" a estar "mal".
Y, es que esta es la cosa, que no tengas "tragedias en la vida", no significa que no puedas desarrollar una enfermedad mental. No lo entendí hasta que me pasó a mí.
Después de tanto buscar, por fin tuve un diagnóstico. Llevo una semana en tratamiento, y parece que por fin, he encontrado lo que a mi cuerpo le hacia falta, no puedo decir que ya estoy bien, porque sería mentir pero sí me he dado cuenta que aceptar esta "debilidad" me hace ser más fuerte y hablar por aquellos que tienen miedo de buscar ayuda, me da razones para seguir adelante.
Si crees que es posible tengas esto, te recomiendo que busques ayuda, no dejes que pase el tiempo porque se pone en riesgo tu vida, YO SÉ LO QUE SE SIENTE. Sufrir en silencio solo hace que se empeore todo, busca ayuda, y si no sientes que tienes a quien escribir, estoy abierta a compartirte las cosas que he hecho y me han servido. No estás loco, no eres débil, justamente lo contrario, eres fuerte por seguir adelante aun cuando sientes que ya no quieres nada más.
No escribo esto para que me digan "pobrecita", no, digo esto porque sé que hay muchos creyentes y no creyentes, muchísimos, que tienen miedo de hablar porque se sienten condenados, solo falta ver los comentarios de este vídeo para comprobarlo.
Si sospechas que tienes depresión, ansiedad, o cualquier otro trastorno mental, no, no estás "mal" con Dios, no estás en pecado, no eres un desagradecido, no... necesitas ayuda como cuando te partes un pie y necesitas un doctor que te encuentre la cura (y no solo el doctor espiritual).
Nos tenemos, no estamos solas, solos. Aquí estamos en la lucha. Escríbeme si sientes que estás sola/o.
-WEN


Comentarios